ENTREVISTA A: Isaí Escalada Galiano

 

-La primera pregunta de rigor tiene que ser la tópica y típica, ¿quién eres y de qué trata tu libro “No fue día para besos de película ”?

Podría responder quién soy de muchas formas distintas, pero como estamos hablando de literatura, te diré que soy una persona llena de conflictos que necesita desahogarse a diario por escrito. Soy un adicto a la escritura y a la invención de historias, probablemente porque la realidad que me rodea nunca me termina de llenar del todo.

No fue día para besos de película es un compendio de relatos que giran en torno a la temática del (des)amor. Es un libro un tanto atípico, pero de muy fácil lectura, que busca hacer reflexionar al lector sobre el futuro hacia el que nos estamos dirigiendo, especialmente en cuanto a las relaciones interpersonales.

-Su libro tiene 48 relatos cortos, ¿cuál es ese hijo mimado de estos 48 relatos, ese relato que recomendarías a una persona que está en duda leerse el libro para que le dé una oportunidad a los otros 47 relatos?

Realmente no tengo ningún relato preferido ni mimado, me gustaría que cualquiera que ojeara el libro lo abriera al azar y que, ojalá, el primer relato con el que se tope consiga engancharle lo suficiente como para querer seguir leyendo el resto.

No obstante, si le doy vueltas a la pregunta, el 20.40 quiere sobresalir sobre el resto.

-Tu antología de relatos tiene un nombre bastante curioso, ¿por qué el nombre de “No fue día para besos de película y el significado que hay detrás de ese nombre?

En muchas ocasiones, mientras estoy escribiendo una historia, me vienen ideas o frases sueltas para otras historias. Me ocurre constantemente, no he terminado de escribir algo y ya estoy pensando en lo siguiente, es un proceso creativo que me ayuda mucho.

El título del libro surgió de esa forma, aunque en un primer momento quería titularlo 2099, no fue día para besos de película. Después decidí que era mejor no ponerle fechas al futuro, porque avanzamos tan rápido que no se puede saber cuando el futuro se tornará presente. De hecho así ocurrió, hay un relato en el libro en el que los protagonistas llevan mascarillas y se la bajan para contemplar sus rostros. Cuando escribí ese relato ni por asomo me podía imaginar que íbamos a vivir una pandemia mundial como la que hemos vivido. La realidad siempre supera la ficción y, en estos tiempo, a una velocidad de vértigo.

-¿Porque la repetición de nombres entre historia y historia?

Se me antoja una especie de sello personal, escribo también cine y teatro, y hace tiempo que decidí que mis personajes, especialmente si tienen una relación amorosa entre ellos, se iban a llamar Federico, Salvador y Elena.

Federico por Lorca, Salvador por Dalí y Elena por Gala, que era su nombre real en ruso. Son tres personajes que me fascinan, no solo hablando de su trayectoria artística, sino que también los he idealizado a través de vivencias personales.

Así como yo fantaseo con otras vidas a través de las historias que escribo, me gusta que mis propios personajes puedan mutar también a través de ellas. De todas formas, ya estoy empezando a cambiarles el nombre a mis personajes porque había llegado un momento en el que me hacía un poco de lío.

-Los títulos de la historia tienen un nombre bastante curioso ya que son números como se usan para las frecuencias de radio, ¿por qué esa decisión?

Para mí, esas cifras son horas exactas del día sin besos en el que se basa el libro, pero me encanta que cada lector las interprete a su manera. No voy a contarte la lógica que utilicé para elegir esos momentos, porque es mucho más sencilla y aburrida que las diferentes teorías que me llegan a través de los lectores, y eso me encanta.

-Muchos de tus relatos podían ser perfectamente historias de la serie Black Mirror ya que nos dejas unas serie de reflexiones sobre el uso de la tecnología y las relaciones sociales, ¿Cuales libros y productos audiovisuales han podido ser de una manera o otra una influencia para tu “No fue día para besos de película ”?

Leo mucho y veo muchas películas y series, pero las historias que me suelen gustar tienen que ver muy poco con la ciencia ficción. Y si son de ciencia ficción y me gustan, es porque son tratadas de forma intimista y versan sobre las relaciones interpersonales, que es lo que me interesa como consumidor de historias.

He visto Black Mirror y me encanta, también me encantan libros como 1984 o películas como Blade Runner, pero lo que realmente más me ha podido influir a la hora de escribir las historias de este libro son los artículos de investigación que he leído en la prensa o documentales que he visto sobre diferentes temas de actualidad que tendrán su efecto en el futuro.

- La mayoría de estos 48 relatos son futurista, distópicos o surrealistas pero debajo de esa capa son situaciones que le han podido pasar, tanto directamente como indirectamente a muchos de los lectores en algún momento de su vida, ¿has usado casos reales de inspiración para el desarrollo de tus relatos?

Todas las historias que cuento siempre parten de una pequeña parte de realidad que luego la ficción exagera y adultera, no podría escribir nada sin echar mano de vivencias propias o de las personas que tengo a mi alrededor. Si le cuentas algo sorprendente a un escritor, debes saber que tarde o temprano lo terminará usando para sus relatos. Después entran otros muchos factores a la hora de construir una historia, especialmente las cosas que te motivan y te inspiran, y a mí me inspira todo, desde una película de Tarkovsky hasta el último videoclip de Leticia Sabater o un rato en el que me quedo viendo First Dates mientras hago zapping. La inspiración puede surgir de cualquier modo.

Asimismo, otras historias del libro surgieron a raíz de titulares o noticias de prensa; también de personas que me crucé por la calle y que llamaron mi atención, haciendo que me imaginara cómo podían ser sus vidas.

- Como pregunta de mera curiosidad, ¿Has pensado en hacer alguna versión larga como novela independiente de algunos de los 48 relatos?

De momento, como novela no lo creo, quizás podría usar alguno de los relatos como punto de partida para el guion de un largometraje, pero creo que tampoco lo haría. Una vez que cuento una historia, independientemente de su formato, no me gusta volver sobre ella. Lo que sí que escribiré serán novelas en base a relatos e ideas que podrían haberse incluido perfectamente en este libro pero que descarté por extensión, ya que no quería que tuviera más de 48 relatos.

Te puedo adelantar, además, que durante los meses de confinamiento ya escribí una novela en bases a esos descartes, después de que varios lectores me hicieran llegar sus mensajes contándome que se habían quedado con ganas de más y que les gustaría leer una novela mía con un desarrollo más amplio de los personajes. No está envuelta en un marco distópico como muchos de los relatos de No fue día para besos de película, pero sí cuenta con muchos momentos surrealistas llenos de humor. Ojalá pueda publicarla pronto.

- ¿Escribiste los 48 relatos de forma independiente y después lo recopilaste o tuviste en la cabeza que siempre iban a formar parte de una antología?

Mitad y mitad. Algunos de esos relatos previamente fueron guiones de cortometrajes que quería rodar, pero tenía demasiado material escrito y sabía que iba a ser imposible grabar todo lo que quería. Entonces, me pareció buena idea reconvertirlos a modo de relatos y recopilarlos bajo el título No fue día para besos de película. Añadir al título las palabras “de película” me pareció esencial por el modo en el que se originó el libro.

Después, una vez que surgió la idea, tuve que escribir nuevos relatos para completar los 48 instantes del día en el que no hubo besos.

-En las obras por lo general hay versiones previas a lo que llega el lector, ¿tuviste que sacrificar algún relato?

Sí, como he comentado anteriormente, tengo libretas llenas de ideas y bocetos de historias que podrían haber tenido cabida perfectamente en este libro. Ya se irá viendo si en el futuro terminan viendo la luz o se quedan cogiendo polvo en el cajón.

-La portada es muy sencilla pero a la vez con unos elementos muy definidos, ¿fue creación tuya y que intentas representar?

Yo elegí la imagen que quería dentro de un banco de imágenes con el que trabaja la editorial del libro. En cuanto vi al elefante subido a la rama de un árbol me quedé prendado y sabía que tenía que ser la portada de este libro, encajaba perfectamente con toda su distopía y surrealismo. Sentí que ese elefante podía ser perfectamente el narrador o testigo de las diferentes historias del libro y la imagen tenía un cierto regusto nostálgico que también me gustaba.

Después, el chico que hizo la maquetación supo encajar perfectamente el resto de elementos de la portada y creo que quedó un buen trabajo, porque es algo que todo el mundo me comenta y que les llama la atención. Como curiosidad, te diré que a los pocos días de anunciar que iba a publicar mi primer libro, una escuela de idiomas llenó el metro de Madrid con carteles publicitarios en los que había elegido la misma imagen del elefante. Un conocido me mandó una foto contándomelo y estuve a punto de cambiar la portada, pero al final me hizo hasta gracia la coincidencia y pensé que también tenía que ver mucho con el libro. Si el destino había planeado aquella casualidad, quién era yo para chafarla. Además, yo no iba a tener la capacidad ni en sueños de llenar el metro de Madrid con la portada de mi libro, pero sí podía ser que alguien acudiera a una librería y pidiera mi libro pensando que se trataba de un best seller porque había visto al elefante en las paredes del metro.

Obviamente, eso nunca ocurrió.

-¿Alguna anécdota con tu libro de fondo?

Además de lo anteriormente mencionado con la portada, la mayor de las anécdotas siempre va a ser que dos días después de que se publicara No fue día para besos de película, nos encerraron a todos en nuestras casas como consecuencia de la primera pandemia mundial que experimentábamos como sociedad. No podíamos besarnos, vernos o abrazarnos. Todo lo que sucedió a partir de entonces podría haber formado parte, perfectamente, de alguna de las historias del libro.

-Esta pregunta por lo general se la realizo a escritores con bagaje literario pero alguien como tú, siendo joven y con la primera novela reciente creo que podrías dar un consejo más actual y con mentalidad coetánea, ¿Qué consejo le daría a alguien que es novato en este mundo y quisiera publicar?

Como has indicado, no creo que sea el más apropiado para dar consejos a nadie, aunque no me sienta ya tan joven, algo de experiencia tengo. Llevo muchos años escribiendo cine, teatro y, recientemente, narrativa, y recibo constantemente todo tipo de noes a diario. Aún así, sigo escribiendo y siendo constante, porque no me imagino mi vida haciendo otra cosa y ese sería el consejo que le daría a cualquiera, que si lo que le apasiona es escribir, que no desista en su empeño y que llame a cuantas puertas encuentre a su paso. Hoy en día también existe la posibilidad de autoeditarse, y si se confía en lo que uno escribe, tarde o temprano la obra encontrará su público.

-”No fue día para besos de película ” esta fabulosamente editada por Libros Indie”, ¿ como fueron los primeros acercamientos a la editorial y todo el proceso en conjunto, tanto personal como laboral, hasta el día de hoy?

Llevaba tiempo moviendo el libro y me habían contestado de varias editoriales previas que estaban interesadas, pero la propuesta que me ofrecían no terminaba de encajar con lo que buscaba. Finalmente, Libros Indie me contestó afirmativamente, su propuesta me encajó y me decidí a publicar con ellos. No tengo experiencia previa para comparar con otras editoriales, pero el trato tanto laboral como personal ha sido cordial, por ambas partes hemos hecho todo lo que hemos podido para dar a conocer el libro dentro de las circunstancias en las que fue publicado.

Realmente, con todo lo de la pandemia, al tener que cancelar presentaciones y no poder hacer toda la promoción que me hubiese gustado cuando salió publicado el libro, me desmotivé bastante, y siento que no ha tenido todo el recorrido que se merecía. No obstante, parece ser que No fue día para besos de película está buscando su lugar por sí solo y me está dando más alegrías de las esperadas últimamente.

-¿Qué opinas de esa nueva generación de escritores de Wattpad, algunos menores de edad, que consiguen publicar solamente por su nombre más que por su calidad?

En primer lugar, que me encantaría ser uno de ellos. Si tan solo por tener muchos seguidores en las redes sociales, se interesaran por mí las editoriales y me publicaran mis historias, sería la persona más feliz del mundo. Me parece que conseguir miles y miles de seguidores en las redes sociales, siempre que sean reales, tiene su mérito, y cada uno juega las cartas que tiene como puede. Yo lo he intentado, pero no se me da nada bien, no hay forma, no consigo ser influencer ni entre mis amistades.

Dejando a un lado las bromas (que encierran verdades), lo que sí que me parece triste y desmotivador, es que el mercado editorial esté lleno de obras de calidad ínfima y hasta con faltas de ortografía, independientemente de quien las escriba. Y me da mucha pena y rabia que muchos de esos libros que se han editado tan solo en base al número de seguidores que tiene su autor en redes sociales tengan, por lo general, unos índices de venta mucho más elevados porque cuentan con un equipo de marketing más potente. El lector debería tener plena capacidad para discernir entre aquellas lecturas que le pueden aportar más como persona y las que no, pero me temo que no suele ser así.

De todas formas, este sería un debate muy amplio con muchas aristas y esta entrevista se volvería interminable, porque también soy fiel defensor de leer de vez en cuando novelas que no te hagan pensar por el mero hecho de disfrutar, siempre y cuando nunca se deje de leer a Lorca o a Delibes.

-Como últimas preguntas, “No fue día para besos de película ” está recibiendo multitud de halagos de los lectores, ¿cómo se siente con tales halagos?, ¿Unas palabras para todos los que hemos disfrutado de esta novela? ¿Y unas palabras para acabar de convencer a esas personas que están en duda?

Un escritor no es nadie sin sus lectores y, evidentemente, me siento muy feliz cada vez que alguien se toma su tiempo para leer No fue día para besos de película y escribirme qué le ha parecido, me da fuerzas para seguir escribiendo cada día y seguir apostando por las novelas que quiero escribir. Tan solo puedo darles gracias, gracias y más gracias.

Y a las personas que estén en duda, les diría que se acerquen a alguno de los puntos de venta donde esté el libro y que lean uno de sus relatos al azar. Si sienten que les gusta, entonces estoy seguro de que el libro no les decepcionará, de hecho, muchos de los comentarios que me han llegado de los lectores coinciden en que les ha parecido un libro inusual que les ha sorprendido muy gratamente.

Y para terminar, una vez más, gracias, gracias y más gracias.