Estamos ante una serie que hubiera estado aceptable si no
fuera porque se trata de una adaptación de hechos reales que a su
vez ya tuvo un película que al día de hoy es de culto, Yo, Cristina
F. Tanto la verdadera Christiane F como la actriz que le dio vida,
Natja Brunckhorst fueron un icono cultural y generacional en la
Europa de los años 80
Los hechos reales ocurrieron en 1975,
el libro fue publicado en el 1978 y la película fue estrenada en el
1981. Para ubicarnos temporalmente.
En esta nueva
serie/adaptación hay más las cosas que fallan que las destacables.
Me ha gustado cierta poesía de algunas secuencias, los vínculos
personales y el daño que se genera al entorno familiar (a la madre
de Cristhiane y sobre todo a la abuela de Babsi que en el original no
están), la fotografía es exquisita así como el ritmo de la serie
nunca decae.
Hasta aquí lo bueno, ya que la serie está plagada
de anacronismos, por ejemplo, la música de la discoteca Sound es
techno, eso es imposible y nefasto para la sincronía entre el
paisaje y la historia. La serie en muchas cosas parece de mediados de
los 90, casi rozando a una copia mala de Trainspotting
El vestuario, la forma de bailar, los apartamentos, los complementos
(relojes digitales que no existían en esa época), cintas de correr,
el lenguaje callejero y coloquial que sale en la serie no son ni de
lejos de los últimos de los 70.
La fecha de los acontecimientos
es muy importante, por su contexto y por el impacto que tuvo que esta historia le
pasara a niños y niñas de 13, en particular a niñas, dado que la
protagonista tenía 13 cuando empieza el relato.
Esa es otra cuestión esencial; las protagonistas reales tenían entre 12 y 14 años, y las actrices de la serie tienen alrededor de 22. Asi que la serie consigue que salgas totalmente del contexto ya que es imposible de ver a niñas de 13 años en la pantalla por mucho que los personajes digan que tienen 14 años. Hay una incongruencia entre diálogos y imagen.
La actriz de la película original tenia 15 y le daba realismo, podía pasar por 13 porque estaba prácticamente sin desarrollar, teniendo una belleza pura y infantil, igual que la auténtica Christiane. En la miniserie a ser una actriz de 22 años, sexualizan totalmente al personaje.
Fotografía de la verdadera Christine en el día que cumplió 14 años
La actriz Natja Brunckhorst interpretando a Christine con 15 años en la película del año 1981
La actriz Jana McKinnon interpretando a Christine con 22 años en la nueva serie del 2021
Otro ejemplo es el personaje de Babsi; La Babsi real tenia 13 años, la actriz de la película de 1981, 12 años y en esta nueva serie, la actriz que le da vida supera los 20.
Fotografía de la verdadera Babsi con 14 años cuando murió de sobredosis convirtiéndose en la víctima más joven de las drogas en el mundo occidental.
La actriz Christiane Reichelt interpretando a Babsi con 12 años en la película del año 1981
La actriz Lea Drinda interpretando a Babsi con 21 años en la nueva serie del 2021
Otro factor importante es la música, y no sólo
por las asincronías, sino porque la música, tanto en la película
como en el libro es un personaje más. Bowie es un personaje más.
Hasta el punto que actúa en la película dando el concierto que hizo
en Berlín, aunque no hay ningún plano en el que coincida con
Christiane.
La chupa, que en la serie es de pelo sintético de
la madre de Detlef, en la realidad era una chupa de Bowie, que
Christhiane le regala a Babsi el día del cumpleaños de
Christiane.
Sin Bowie, no hay Cristina F, le duela a quien le
duela.
La serie es de Amazon y tratan de blanquear, de ser
políticamente correcto, sin embargo, la serie sexualiza a las protagonistas mucho más que la película
original, la forma de vestirlas está hipersexualizada, y lo que es
peor, en aquella época no se vestía así.
En la original el
tema de la prostitución no es lo esencial,sino el consumo de droga a
diferencia de en la serie, lo cual le confiere de bastante
hipocresía.
Por último, el tema de la droga, que en la
original - libro y la película- es esencial, aquí es como un
adorno, un mero hilo conductor.
Además, está tratada con total
falsedad, los efectos de las drogas para nada son los reales. Se inyectan heroína y después bailan música techno, como si
se hubieran metido cocaína, o éxtasis, u otra droga excitante. Plantean la heroina como si fuera droga de diversión más propia de otros
ambientes y época.
Así que me temo que la
única cosa realmente positiva que se puede sacar en claro de la
serie es que al menos las personas que se sientan intrigadas por la
historia conocerán esa maravillosa película en que se basa(que es
una de mis favoritas). Es verdad eso que dicen de que no hay mal que
por bien no venga.
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