-La primera pregunta de rigor tiene que ser la tópica y típica, ¿quién eres y de que se trata tu “Crónica de una putada colasal”:
Soy Julián Redondo, presidente de la AEPD (Asociación Española de la Prensa Deportiva) desde 2013. Soy periodista, de apellido Deportivo, empecé a trabajar en el desaparecido YA el 22 de diciembre de 1976. También fui jefe de Deportes en El Sol y redactor jefe de Deportes en La Razón. Ahora colaboro semanalmente con una columna de opinión en Mundo Deportivo y en las tertulias de Estudio Estadio. Antes de Crónica de una putada colosal, escribí A golpe de pedal, la biografía de Perico Delgado, y Nací luchando, la de Amaya Valdemoro. Crónica de una putada colosal es un ensayo muy bien envuelto por el prologuista, José Luis Garci, y el epiloguista, el doctor Antonio Escribano. En las 320 páginas de este libro, relato, entrevisto, reflexiono y opino de todo lo que viví durante 72 días de confinamiento.
- ¿Escribiste la crónica de la cuarentena con pensamientos de ser publicada o fue pensando inicialmente solamente como algo personal y privado?:
Como mis últimos ocho años en La Razón me los pasé escribiendo a diario una columna de opinión, al verme en casa confinado, como millones de personas, opté por escribir de lo que veía y de lo que sentía. Colgaba mis reflexiones en Facebook, porque sólo escribo gratis para los amigos, y cuando chocamos con la cruda realidad, cuando comprobamos que aquello no era una gripe pasajera y que iba para largo, animado por mis “lectores” sopesé la posibilidad de convertir todo aquello en un libro. Así ha sido, gracias a Torre de Lis.
-¿Lo publicado ha sido la crónica tal y como la escribiste inicialmente o hubo alguna versión previa del libro y se ha dejado atrás alguna parte de la crónica?
Al convertirse aquellas entregas periódicas en libro, lo retoqué, lo enriquecí y llegó a la imprenta en su totalidad, pero enriquecido. La obligación de quien escribe es entretener, y Crónica de una putada colosal lo consigue. Según dicen quienes lo han leído.
-Como lector de tu libro debo de preguntarte algo que todo el que se ha perdido en tus hojas necesitamos saber, ¿Como se encuentra al día de hoy, Nines, tu madre?, para mí la gran protagonista de la crónica.
Nines… Nines es mi madre. Sufrió un ictus en junio de 2019, que le afectó a la parte derecha, brazo y pierna. Está bastante recuperada, tiene 91 años, la cabeza muy bien amueblada y una memoria… colosal. Para caminar se ayuda de un andador. Toma una pastilla diaria para la hipertensión. “No me duele nada”, me dice cada día que hablo con ella, excepto el alma. No nos abrazamos desde primero de marzo de este año. Cada día, durante todo este tiempo, he hablado con ella. Me daba novedades de la residencia, “aquí no ha entrado el bicho”, me contaba, y para mí ha encarnado el ejemplo de esa generación que pasó una guerra, una posguerra, nos subió a lomos de la democracia y la hemos despreciado porque no la hemos cuidado. Creo que también estamos descuidando la democracia.
- ¿Me gustaría saber tú opinión sobre los negacionistas y que le dirías si alguien que no crea en el coronavirus estuviera leyendo esta entrevista?
Respeto todas las ideas, y los hechos, por supuesto. Si a estas alturas se contabilizan cerca de 73 millones de contagiados y más de 1,6 millones de muertos en todo el mundo causados por el coronavirus este del demonio, es que algo hay. También hay quien niega el holocausto.
-¿Como miembro de las asambleas del comité Olímpico y Paralímpico españolas me gustaría saber tú versión, la información y tu opinión sobre la casi desaparición de las olimpiadas paralímpicas de los juegos olímpicos de Brasil 2016?
Habrá Juegos Olímpicos y Paralímpicos en 2021, en Tokio. Las autoridades japonesas aseguran que se celebrarán aunque no haya público en las gradas. No olvidemos que los ingresos más magros de los JJOO los aporta la televisión. En este momento las pérdidas alcanzan lo 4.500 millones de euros. Si se “juega”, se reducirán a la mitad o menos. El mundo olímpico, comités nacionales y federaciones, dependen de estos Juegos. Si no se materializan la ruina será casi total porque muchas de esas entidades estarán en quiebra y en trance de desaparición.
-Como última pregunta, ¿teniendo usted una carrera periodística de 43 años con la edad de 66 años, que opina de las personas que hacemos esto por afición y en alguna ocasión se convierta en un trabajo remunerado sin estudios previos…. Sea cual sea su respuesta me gustaría que nos dijese algún consejo o unas palabras para esta generación de influencer y derivados y otras palabras para esas personas de una generación que le ha pillado esto fuera de su compresión y no entienden el fenómeno influencer.
El periodismo es un oficio que se afina con la experiencia y amanece en la Universidad. Estoy a favor de todo aquél que apueste por la Cultura y la extienda, sean cuales fueren sus conocimientos o sus herramientas. Y estoy a favor de que todo trabajo, cualquier trabajo, sea remunerado. Los “influencers y derivados” tienen su espacio, pero no es el espacio del periodista. En cualquier profesión, el intrusismo es un lastre. Comparto todo lo bueno del “fenómeno influencer”, que es mucho, pero me cuesta asimilar que una criatura de veintipocos años sea el faro de tantas modas de hoja caduca. No termino de asimilarlo, pero lo respeto.
Muchas gracias Julián por su tiempo y en concederme esta entrevista y mañana día 1 de enero de este nuevo año 2021 tendréis mi reseña de “Crónica de una putada colasal” publicada originalmente en la cuenta de instagram.
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